Ahora que hemos acabado en clase la unidad sobre la web, en la que habéis estado trabajando con muchas aplicaciones y servicios gratuitos (por lo menos para las versiones básicas) quiero hablar un poco sobre esa supuesta gratuidad. Y digo supuesta porque en realidad no son gratis. Cuando, por ejemplo, Google nos permite acceder a Gmail, YouTube, Blogger o cualquiera de sus servicios, en realidad estamos pagando por ello. Que cómo? Pues porque están recopilando información sobre nosotros y disponiendo de nuestros datos.
Pero eso no se puede hacer, estarás pensando. Pues sí, porque seguro que, como todos, has firmado los Términos de Servicio (sí, esos que no se lee nadie). Y seguro que todo eso estaba incluido y entonces ya todo es perfectamente legal. Y claro, luego no te extrañes de que la publicidad que te aparece al usar muchas aplicaciones es personalizada, que te mandan mails con cosas que en principio te deberían interesar o que te llaman a casa a las 16:00 para ofrecerte increíbles ofertas.
Porque el precio a pagar por esos servicios "gratis" ha sido vender tu privacidad. Y no entro en si es bueno o malo, simplemente tenemos que ser consciente de ello. Porque como decía mi abuelo, nadie da duros a pesetas (si no entiendes la expresión, pregunta a alguien con más de 30 años para que te lo explique). Echa un vistazo al siguiente vídeo de Common Craft para ver cómo funciona todo esto.
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